CAMBIO DE UNA MARQUESINA POR OTRA
Para mí es el cuento de los tres cerditos pero al revés. Podría tratarse de una inocentada, si de verdad no nos diéramos cuenta del gran cambio, a PEOR.
Contra gustos no hay nada escrito, pero una edificación con ladrillos, bien hecha, confortable, bella y con solera, como la que teníamos que era una preciosidad, no tiene parangón posible con lo que se nos ha dado a cambio de muchísimo más dinero de por medio, e intereses de nuestro primer edil que es el cerebro de la operación. Los demás, a lo que les manden, como siempre fue.
Algo en serie, de plástico y de metacrilato y con una marca guay ¡. ¡Vamos!, que vamos a fardar tela marinera con esta birria en la que sólo caben tres personas y media, si están esqueléticas. Y que el frío se va a colar por el frente al no tener cerramiento como el anterior.
¿Este señor, de verdad piensa en que aquí, en Tardajos, hay muchos chicos y chicas que van al instituto cada mañana, y que ahora no cabrán en esta cabinilla. Eso sin contar con las personas que no tienen coche, o en tal momento no disponen de vehículo y si hiciera muy malo... ¡igual que si no hubiera casetilla!.?
Y sin embargo, la sombra nos acompaña.
Y no es una inocentada sino un abuso de poder, de decir, aquí mando yo y los demás, a callar.
Da la casualidad en que mi voz mando yo. Y si me da la gana, como es el caso, expreso mi queja. Una tomadura de pelo es esta casetilla.
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