Entre todos lo haremos posible, si nos ponemos en marcha.
¡Y lo único que tenemos que hacer es cenar!
Es una locura de mundo este que tenemos. Que seamos tan afortunados y no lo sepamos siquiera.
¡Y es tan difícil ponerse en la piel del que nada tiene!
¿Qué sería de nosotros si por una vez, en vez de una
casa, viviéramos en una haima, si en vez de tener un techo, sólo viéramos estrellas, y frío. Calor por el día, acompañados de moscas pegajosas en busca de la poca sangre que tendríamos
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