Y al Duero va. Lo del Urbel, ya se sabe que su cauce es muy fino y rápido se desborda. Si le da por nevar sigue lloviendo con fuerza, en seguida lo veremos pacer en las tierras colindantes. Casi todos los años pasa. Y lo curioso que es ver como se encuentra con su hermano el Arlanzón. Cuando el Arlanzón se junta con él, ya está bastante limpio pues él solo se ha drenado. La sabiduría de los ríos es que no tiene límites. Deberíamos aprender de ellos, y de su comportamiento. De lo agradecidos que son, ... (ver texto completo)