NO SOMOS UNA ISLA
Todo lo que sucede a nuestro alrededor nos va a afectar. Y sin embargo, hay gente que pone barreras a todo, en vez de intentar cambiar algo. Lo he vivido, y si tuviera alguna vez la oportunidad me gustaría comentarlo personalmente; pero hay gente muy reacia a ello, al diálogo, a la escucha; quizás porque están muy segur@s- ojos que no ven, corazón que no siente. Y hay gente que no lo quiere ver. Que siempre prefirió crearse un submundo en vez de compartir con los demás.
Que choca, pues la teoría cristiana no dice eso. Pero se practica muy a menudo aunque luego nos digamos católicos apostólicos y romanos.
Me lo explicaron en una clase de religión, esta teoría acerca de que nos necesitamos unos a otros. Que no somos islas, aunque el mundo cree guetos continuamente. Que lo que haces en un sitio, repercute en el otro. Son clases muy elementales de un instituto de barrio de clase obrera.
Pero luego, en otra materia, en la química, lo mismo. Que no podemos ser burbujas, que no se sostiene ese tipo de vida. Todo nos va a afectar y si de verdad pudiéramos evitar el aire que respiramos, lo que comemos, lo que nos rodea, entonces no enfermaríamos. Pero eso no es posible, aunque muchos lo intentan a diario en su comportamiento de intentar aislarse de lo que consideran malo o diferente.
Y contra lo verdaderamente malo, no son inmunes, puesto que el mal se contagia; y lo bueno, no: aunque despreciaran lo bueno que siempre hubo a su alrededor, y lo más seguro que se debiera a la ignorancia. Que quizás lo rechazaran por no ser como el resto, sin darse cuenta que las personas no somos todas iguales, de la misma manera que existe la biodiversidad en la naturaleza.
Y por raro que parezca, a veces, se puede hasta sobrevivir en un medio hostil, y prosperar. El ser humano es ilimitado en recursos si los cultiva, si sabe de donde le vienen los problemas y cuenta con ayuda; porque si buscas, encuentras. Pero si no sabes qué perdiste o donde lo dejaste, no lo vas a buscar nunca. Por tanto no lo encontrarás.
¿No habéis perdido algo, alguna vez? Si no lo echáis en falta, jamás lo buscaréis. Lo que se aprecia, se intenta recuperar, otra cosa es que se consiga.
Casi todo lo que pierdo, lo suelo encontrar, salvo raras excepciones. Porque lo busco y no dejo de insistir hasta que lo recupero. Salvo que me dé cuenta, que algo era para mi totalmente prescindible.
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