Una alegría tremenda al salir del hospital y encontrarme con los caracoles en un rinconcillo. Fue llegar a casa y ponerme a lavarlos, que se habían desahogado de sobra en siete días. Al día siguiente los guisé. Tenía mucho ranchillo de mis caracoles porque en Córdoba los ponen en la temporada de los caracoles y resulta que los nuestros son mejores, no son de criadero como los de allí. Son más escasos que hay años como el año pasado que no salieron ni en junio. Lo malo de aquí para el caracol es el ... (ver texto completo)