Pues ahí siguen, soportando la heladanocturna y el sol del pleno día, tibio, en esta época del año. Así cuento con rosas y claveles para siempre.
Hace poco, en otra de mis macetas, ha vuelto una sorpresa que no me esperaba, tulipanes de Holanda, que creía que se habían muerto, y ya apuntan hacia la primavera burgalesa. Un regalo que creí muerto, y la naturaleza es tan genial que nada o casi nada de lo que siembres se pierde. Este verano me hice hasta con un boj del Alto Tajo con unos simples...