Y aquí, el crucero, en toda su plenitud de un camino que ya no es camino, que es casi autovía.
Yo diría que después de unas obras, el crucero como tal, como parte tan importante del patrimonio tardajeño no hubiera precisado una sencilla limpieza? Solo quitarle las malas hierbas que afloran en su interior. Ya cardos secos a estas alturas del año.
¿Se puede uno vanagloriar en los medios de comunicación de pago de tener un monumento singular y no hacerle ni caso? Y más después de ser uno tan detallista...