¡Con lo bonito que podría lucir el pueblo! si cada uno o cada una no fuera a sus propios intereses, se respetara las obras de los demás, y no se presumiera para beneficio propio de lo que todos sabemos que hay. Un día llegará, digo yo. Pero la batuta del poder es muy atractiva para subir y no volver aquí jamás, a costa de lo que sea que alguien venda, incluso, dignidad. Eso algunos no lo venden nunca. Si nos damos cuenta es el mismo mal, el desamor y la desafectación a las cosas, las personas, la naturaleza. Se puede presumir tanto de querer a este pueblo y pasar de todo. Más bien será una querencia interesada en tener un puesto X para desde ahí medrar, y por supuesto olvidarse de él. Así son los políticos que se apiñan en torno a lo que sea con tal de dirigir la batura del poder. Y los de aquí no iban a ser menos. Ya están las fotos listas. Me quedo con esta imagen, que sé que un día volverá a lucir de nuevo esa placa tan bonita. Nos pueden molestar las personas, pero los trabajos que realizan tienen vida propia, distinta del dueño. Una vez ven la luz del día, nos pertenecen a todos, si los podemos contemplar.
Aquí se quedará como el lugar virtual donde puede tener vida propia porque un día la tuvo y la volverá a tener de nuevo.
Parece ser que lo que nos va es el abandono, el destrozo, la desolación de un pueblo... pero esa mentalidad...