Este año hemos tenido dos nevadas en febrero. La una el martes y trece, día que empecé mis marzas (de este año), y el 28, último día este febrerillo loco y frío. Ya os las daré a conocer. Pedí nieve al Castro y se me concedió el deseo. Nevó con todas las de la ley, y salí a hacer fotos con mi mono rojo. Genial, genial, lo que pude disfrutar y pensar que lo que cuenta es vivir, por dura que sea la vida si la sabes valorar en toda su extensión. Y comprobando una palabra me he encontrado con el nombre... Os aviso que ya hay felicitaciones en camino y carta a los Reyes Magos del Cielo... tardarán en llegar pero ya han iniciado el primer paso, que es colgar la foto. Así que os dejo, que aunque no lo creáis esto lleva tiempo. Y el tiempo corre que vuela. Sin ir más lejos, sus Majestades los Reyes, llegan esta noche.
¡Felices Reyes Magos! El tiempo es implacable, es un señor que manda mucho y sin preguntar a nadie. ¡Y hay de quien lo quiere imitar! Para mandar hay que saber y el tiempo sabe un rato de todo lo malo que le estamos haciendo. Lógico que luego vaya a aire. Este año, el tiempo ha sido más tacaño, en índice de nieve. Cada vez nieva menos y con menos ganas. Quizás el miércoles nos visite, si se equivoca, y le da por dejarse caer. Nunca mejor dicho. En fin que tarde o temprano, todo lo que tiene que llegar, llega.