Trigo que naces feliz,
dulce y tierno como un niño,
no te entristezcas si al envejecer
van unos hombres y te siegan.
A nosotros nos sucede igual,
al final de este camino ... Ayer por la tarde tomé esta foto. Ya han vuelto a su cita las margaritas de tallo alto a acompañar a los trigales en sus últimos días. Poco les queda ya.
Cuando era pequeña tuve que dejar mi pueblo y la profesora en Madrid nos pedía que escribiéramos algo, lo que quisiéramos. Me acordaba de los trigales que ya no vería. Me lo publicaron en el periódico de la clase y esto mismo se lo dedico a Marcial.