Es una pena porque les estaba costando un triunfo crecer en medio de un terreno tan árido. Me lo contaron por la mañana y no creía que pudiera ir tan pronto a verlo. Pero, al volver de Burgos por la autovía, vi un reguerillo de humo y entonces decidimos ir a echar un vistazo.
No fuera ser que no se supiese que había vuelto a arder. Y entonces vimos que el sitio estaba bajo control y todavía se le estaba aplicando agua.