Ojalá todo lo que tenemos por aquí fuera igual que el agua. Que viene y se va; inunda las tierras y todo de forma puntual. Pero hay cosas que tienen efectos retroactivos, y lo malo es que te inunden los datos o incorrecciones de quienes tienen la sartén por el mango. Y si no la tienen, la blanquean mediante papeles y papeles de dudosa procedencia pero válidos para cargar las culpas sobre quienes, o no se pueden defender o no saben.
Menos mal que en situaciones así, me queda la poesía.... Aquí esto es que parece el Urbel, día a día. Ayer río clásico, hoy por las tierras. Y quizás mañana, haya todavía mas.