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Sami, mi perdiguero de Burgos, TARDAJOS

(19 de Abril de 2013)
¡Cuántos paseos tan entrañables nos hemos dado por los campos y los caminos de concentración, hasta en medio de las inundaciones! No es extraño, que el buen Sami, en cuanto me ve, que soy la única que le saca a dar paseos, me baile.
Todo empezó porque yo tenía que buscar una solución buena para ambos. Me veía obligada a limpiar sus cacas, que otros no podían con eso y les daba náuseas. A mi también, pero yo soy muy responsable de lo mío, y lo hacía como un deber de dueña de una mascota. Y cuando...
¡Qué buen hijo es Sami para Sol! Está a su lado, le cuida, le atiende, le da ánimos. Si se salva, también Sami será el responsable de ello por lo mucho que le quiere. Comprende que está enfermo. Le ha obedecido siempre dentro de un límite. Coge lo bueno, y lo malo, no. Gran maestro de niños y grandes. ¡Sabio, que no ha ido a la escuela, y sabe cuidarse a si mismo y a los demás!
Sol ha sido un padre bueno para Sami. Le ha enseñado muchas manías suyas, es cierto pero él ha elegido algunas que no son dañinas.

Sami, a su vez le ha enseñado a comer pan. Sami, que es un perdiguero de Burgos, de raza pura, tiene un no sé qué interior que le sale de dentro. Él caza, pero no muerde, y por tanto se salva de comer ratas envenenadas, o esas dosis de veneno no le hacen nada. A ciencia cierta no lo sé. Es muy astuto, calculador, que sabe que su hambre puede esperar, y le deja a Sol...
En este caso va a depender de la fortaleza interior de mi Sol, que por otra parte nos ha dicho el veterinario que al tratarse de un perro callejero, aunque ahora tenga casa, va a ser positivo para su posible recuperación. Lo malo de su pasado ahora puede ser un factor decisivo a la hora de salvarse, ya que en su día creó anticuerpos, quizás tomó ese veneno y como era joven no le hizo nada.
La esperanza es lo último que se pierde, y mientras hay vida hay esperanza. El mal y el bien, son relativos,...
Sin embargo, desde que está con nosotros, se muestra muy cariñoso con los niños, con los perros pequeños, de hecho, ha sido como un padre para Sami, enseñándole todo, lo bueno y lo malo, como cualquier padre, que no nos engañemos, perfectos no somos ni modelos tampoco. Si actuamos mal, no acatamos las reglas, no somos buenas personas, estamos creando modelos parecidos a los nuestros. Lo grande de nosotros es que somos personas, y los hijos, recibimos mensajes de muchos ambientes, y tenemos libertad...