FRUTO DE LA NIEVE
Querida nieve que dejaste
tus preciados copos al abrigo
de un amanecer que fue distinto
gracias a tus pasos atrevidos.
Lentamente, tu fértil descendencia
cubre valles, páramos, riscos y vegas
ahítas y sedientas que añoraban el agua
y las fertilizas con tu sola presencia
como una musa que incita al poema
fuiste generosa de bienes indulgentes.
Copo a copo y paso a paso te derramas
y retornas el agua candorosa de las fuentes.
Has esparcido miles de briznas,
de cristalitos blancos, llenos de vida
que renuevan la esperanza en la semilla
que deshecha la cáscara diluida y vacía.
Y brotará contigo hermoso cereal
acompañado de sutilles florecillas,
azules, entre verdes trigos y rojas amapolas;
transformando tierra yerta, en suave lozanía.
Carmen García
Querida nieve que dejaste
tus preciados copos al abrigo
de un amanecer que fue distinto
gracias a tus pasos atrevidos.
Lentamente, tu fértil descendencia
cubre valles, páramos, riscos y vegas
ahítas y sedientas que añoraban el agua
y las fertilizas con tu sola presencia
como una musa que incita al poema
fuiste generosa de bienes indulgentes.
Copo a copo y paso a paso te derramas
y retornas el agua candorosa de las fuentes.
Has esparcido miles de briznas,
de cristalitos blancos, llenos de vida
que renuevan la esperanza en la semilla
que deshecha la cáscara diluida y vacía.
Y brotará contigo hermoso cereal
acompañado de sutilles florecillas,
azules, entre verdes trigos y rojas amapolas;
transformando tierra yerta, en suave lozanía.
Carmen García