Buenos días Victoria:
Aquí hoy tendremos un tiempo clásico. Ni calor, que perturbaría a las rosas, ni frío, que las haría tiritar. Templado y con picos de calor al mediodía. Un día perfecto en esta perfecta hora y con mucha paz que te permite disfrutar mas de lo esencial.
¿Dónde está lo esencial? No hay que ir a buscarlo muy lejos, está en nuestro interior y parece que algunas veces interacciona con el exterior.
Levantarte por la mañana y pensar que estás en el punto exacto donde debes estar, latitud y longitud, la justa. Ni un punto mas ni un punto menos. Hace tiempo que he pensado que esto de hoy es así, sobre todo cuando me da por tener pensamientos filosóficos de andar por casa, nada más.
Es un tiempo primaveral ganado pulso a pulso en el invierno del páramo, de la vega, de las inclemencias necesarias, de la aridez, de la súplica por unas gotas de agua.
Pedid y se os dará. Se ve que el campo pidió al cielo y el cielo lo escuchó. Pedían lo necesario, ni poco ni mucho sino lo justo. Y es lo que ahora tienen.
Un maravilloso campo para seguir pidiendo y rezando por él.
Estos días se pide a la Señora del Campo de Tardajos, a la Virgen de las Aguas que cuide del campo, de las personas, de sus recursos, de las fuentes y de toda la naturaleza en general. Se ve que somos ricos porque tenemos mucho por lo que pedir.
Un abrazo y feliz jornada Victoria.
Aquí hoy tendremos un tiempo clásico. Ni calor, que perturbaría a las rosas, ni frío, que las haría tiritar. Templado y con picos de calor al mediodía. Un día perfecto en esta perfecta hora y con mucha paz que te permite disfrutar mas de lo esencial.
¿Dónde está lo esencial? No hay que ir a buscarlo muy lejos, está en nuestro interior y parece que algunas veces interacciona con el exterior.
Levantarte por la mañana y pensar que estás en el punto exacto donde debes estar, latitud y longitud, la justa. Ni un punto mas ni un punto menos. Hace tiempo que he pensado que esto de hoy es así, sobre todo cuando me da por tener pensamientos filosóficos de andar por casa, nada más.
Es un tiempo primaveral ganado pulso a pulso en el invierno del páramo, de la vega, de las inclemencias necesarias, de la aridez, de la súplica por unas gotas de agua.
Pedid y se os dará. Se ve que el campo pidió al cielo y el cielo lo escuchó. Pedían lo necesario, ni poco ni mucho sino lo justo. Y es lo que ahora tienen.
Un maravilloso campo para seguir pidiendo y rezando por él.
Estos días se pide a la Señora del Campo de Tardajos, a la Virgen de las Aguas que cuide del campo, de las personas, de sus recursos, de las fuentes y de toda la naturaleza en general. Se ve que somos ricos porque tenemos mucho por lo que pedir.
Un abrazo y feliz jornada Victoria.