Delibes nos muestra un pueblo de ideología de izquierda en su libro. Los personajes son rudos, abruptos, anticuados y sumamente incultos. Pero dentro de su incultura entienden que les están robando sus pertenencias y reaccionan de la peor manera posible: amenazando a los arqueólogos y haciéndolos marchar por la fuerza bruta, si no quieren perder la vida en el intento, ya que están decididos a tomarse la justicia por su mano.
El que realiza el descubrimiento es de otro pueblo, para mas inri, y los tesoros encontrados no fueron del todo casuales, sino que se realizó con un buscador de metales y no arando simplemente.
El alcalde, hábilmente, se desentiende y desaparece de la escena permitiendo que el pueblo amenace de muerte a los arqueólogos que tienen que marcharse si no quieren perder la vida en el intento; y piden ayuda a quien los mandó ir a realizar el trabajo.
Las autoridades, hacen acopio de buenos modales y dotes de seducción, acostumbrados a manejar a su antojo al pueblo. En este caso, hacen una negociación con las autoridades del pueblo - que dicen ignorar qué ha pasado, pero ya es tarde, pues el pueblo, por su cuenta, ha destrozado el yacimiento arqueológico.
El que realiza el descubrimiento es de otro pueblo, para mas inri, y los tesoros encontrados no fueron del todo casuales, sino que se realizó con un buscador de metales y no arando simplemente.
El alcalde, hábilmente, se desentiende y desaparece de la escena permitiendo que el pueblo amenace de muerte a los arqueólogos que tienen que marcharse si no quieren perder la vida en el intento; y piden ayuda a quien los mandó ir a realizar el trabajo.
Las autoridades, hacen acopio de buenos modales y dotes de seducción, acostumbrados a manejar a su antojo al pueblo. En este caso, hacen una negociación con las autoridades del pueblo - que dicen ignorar qué ha pasado, pero ya es tarde, pues el pueblo, por su cuenta, ha destrozado el yacimiento arqueológico.