Aquí nos podemos hacer una idea de lo que la placa podía ser con esos pequeños cristalitos o azulejos pequeños. No tiene sentido que se dé una mentalidad así de destructiva porque haya puntos de vista diferentes en muchas cosas. Lo que a uno a una le gusta, a otro, le disgusta. Se riñe, y luego, todo lo que haga otra persona, no acaba de gustar nunca. No se intenta dialogar. Y si algo se cree que puede llegar a molestar, es lo que se hace. Hacer daño de forma gratuita. Pues de la destrucción, nunca se saca nada de provecho. Pierden los dos. Pues el que destruye gasta su energía en vano.