En la plaza no hay cartel: PROHIBIDO PERROS.
Ni normativa reglada en el pueblo, tampoco.
Para ello, para dictar leyes, es necesario cumplir unos requisitos. Y si no se puede, no se quiere, lo que queda es actuar como se está haciendo. Envenenando a los perros.
Es otra forma de eludir responsabilidades, porque nadie sabe quien lo ha hecho, y por tanto ese delito, queda impune.
Yo tengo dos perros, y mucha otra gente, también tiene perros. En la plaza, confluyen de todo el pueblo. Los que vivimos cerca, los tenemos controlados.
Quizás caguen los perros en la plaza, pero esas cagadas no matan a nadie. Yo misma, recojo de mi patio, día si y día también, sus heces; y hasta ahora, ni se me han caído los anillos, ni me ha pasado nada. La caca de los perros, puede oler mal, pero no contamina y por supuesto, no mata.
Lo que si mata, son los malos sentimientos. Como en esta fuente, que como un acto de venganza, arrancaron unos cristalitos que no hacían daño a nadie.
Los árboles si mueren de pie, y los perros, también, envenenados.
Ni normativa reglada en el pueblo, tampoco.
Para ello, para dictar leyes, es necesario cumplir unos requisitos. Y si no se puede, no se quiere, lo que queda es actuar como se está haciendo. Envenenando a los perros.
Es otra forma de eludir responsabilidades, porque nadie sabe quien lo ha hecho, y por tanto ese delito, queda impune.
Yo tengo dos perros, y mucha otra gente, también tiene perros. En la plaza, confluyen de todo el pueblo. Los que vivimos cerca, los tenemos controlados.
Quizás caguen los perros en la plaza, pero esas cagadas no matan a nadie. Yo misma, recojo de mi patio, día si y día también, sus heces; y hasta ahora, ni se me han caído los anillos, ni me ha pasado nada. La caca de los perros, puede oler mal, pero no contamina y por supuesto, no mata.
Lo que si mata, son los malos sentimientos. Como en esta fuente, que como un acto de venganza, arrancaron unos cristalitos que no hacían daño a nadie.
Los árboles si mueren de pie, y los perros, también, envenenados.