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EL DÍA DE LA ASUNCIÓN
Se dio comienzo a la celebración con la procesión de la Virgen por las Calles del pueblo, y tras un breve recorrido, portada por las mujeres, volvió a la iglesia donde tuvo lugar la celebración de la Santa Misa, amenizada como ya es costumbre por la Coral de Tardajos. También cabe reseñar que una vez más fue cantado El Ave María, y como siempre desde que esto sucede, a muchos nos hizo sentir el canto con lágrimas en los ojos de emoción por tan bella melodía.
Fue un día caluroso y pleno de verano, como anécdota también que reseñar.
A la salida de la celebración, la plaza aguardaba sorpresas para los más pequeños que pudieron disfrutar de castillos, fuertes, karts y de un futbolín humano para que la fiesta fuese perfecta. Ya teníamos a San Roque, a las puertas, una vez concluido el día grande de la fiesta.
Antaño, estas fiestas venían acompañadas de corridas de toros, allá por épocas remotas. Hoy día, eso ya es impensable para una pequeña localidad como ésta. Y además del gasto, el gusto también ha variado, y a una gran mayoría no nos agradaría lo más mínimo.
También el día de la Asunción estuvo marcado por la apertura de la caza, que todavía resiste, mientras haya piezas que abatir en el campo. Una crueldad... pero hay afición cinegética que no repara en gastos para satisfacer esa inclinación. Podía haber hecho el recuento de las piezas cazadas. Todavía tengo las codornices sin pelar y hoy vendrán con unas pocas más. Y de ponerse, que vengan todas de golpe y de un tiro se matan todos los pájaros. ¡Me da pena que estas avecillas acaben así sus vidas! Luego, en la mesa, son únicas... eso es una gran verdad.
Se dio comienzo a la celebración con la procesión de la Virgen por las Calles del pueblo, y tras un breve recorrido, portada por las mujeres, volvió a la iglesia donde tuvo lugar la celebración de la Santa Misa, amenizada como ya es costumbre por la Coral de Tardajos. También cabe reseñar que una vez más fue cantado El Ave María, y como siempre desde que esto sucede, a muchos nos hizo sentir el canto con lágrimas en los ojos de emoción por tan bella melodía.
Fue un día caluroso y pleno de verano, como anécdota también que reseñar.
A la salida de la celebración, la plaza aguardaba sorpresas para los más pequeños que pudieron disfrutar de castillos, fuertes, karts y de un futbolín humano para que la fiesta fuese perfecta. Ya teníamos a San Roque, a las puertas, una vez concluido el día grande de la fiesta.
Antaño, estas fiestas venían acompañadas de corridas de toros, allá por épocas remotas. Hoy día, eso ya es impensable para una pequeña localidad como ésta. Y además del gasto, el gusto también ha variado, y a una gran mayoría no nos agradaría lo más mínimo.
También el día de la Asunción estuvo marcado por la apertura de la caza, que todavía resiste, mientras haya piezas que abatir en el campo. Una crueldad... pero hay afición cinegética que no repara en gastos para satisfacer esa inclinación. Podía haber hecho el recuento de las piezas cazadas. Todavía tengo las codornices sin pelar y hoy vendrán con unas pocas más. Y de ponerse, que vengan todas de golpe y de un tiro se matan todos los pájaros. ¡Me da pena que estas avecillas acaben así sus vidas! Luego, en la mesa, son únicas... eso es una gran verdad.