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DIARIO DE BURGOS

Once localidades piden autorización para hacer quemas contra los topillos
M. J. F. / Briviesca - viernes, 10 de enero de 2014

Los agricultores burebanos están preocupados por la proliferación de topillos en el campo que «ya se están comiendo el trigo sembrado», según confirma el presidente de la Junta Agropecuaria de Briviesca, Jesús Busto. Este responsable explica que aún no «tiene aspecto de plaga» pero «va muy rápido» y trae a la memoria los desastrosos resultados de la plaga registrada en 2007. En aquella ocasión, se contabilizaron pérdidas en las cosechas burebanas por encima del treinta por ciento.
El concejal briviescano de Agricultura, Jesús Lumbreras, anuncia que el Ayuntamiento solicitó en diciembre a la Junta de Castilla y León autorización para la quema de cunetas y linderos en el municipio con el objetivo de prevenir una posible plaga de topillos. «Estamos a la espera de la confirmación de dicha autorización, que previsiblemente nos llegará esta semana, para organizar con los agricultores, aproximadamente en febrero la quema controlada de cunetas», indica.
Por su parte, fuentes de la Sección de Agricultura de la Junta de Castilla y León señalan que también han solicitado autorización para hacer quemas controladas diez pueblos más de la comarca burebana. En todos ellos se han realizado seguimientos técnicos en los que se ha detectado un «nivel elevado» de roedores. En opinión de varios agricultores consultados, las quemas habrían sido «más eficaces» en septiembre.
En la región, ya hay casi 400 municipios pertenecientes a distintas provincias que han empezado a quemar bajo el control y la supervisión de la Junta de Castilla y León. En todos ellos se han encontrado poblaciones «anormales» de topillos. Los permisos tienen una duración de quince días en horarios de 9 a 17.30 horas. El objetivo de prender las hierbas y maleza que se acumula en cunetas, linderos o regatos (vías de dispersión habituales de los roedores) es «eliminar» el alimento y quitar la cubierta vegetal de las zonas de resguardo, favoreciendo también que las aves rapaces ejerzan su función de «control» comiéndose a las presas.
La Consejería de Agricultura no descarta aplicar productos rodenticidas en los reservorios de los topillos si con las quemas no es suficiente. La Administración autonómica cuenta con un sistema de vigilancia permanente en 35 zonas de Castilla y León distribuidas estratégicamente por las nueve provincias para conocer en todo momento la evolución de las poblaciones de roedores.
Ha sido en el marco de esas evaluaciones en las que ya en verano se detectaron índices poblacionales más altos de los normales y se decidió aprobar las quemas controladas. La medida del fuego se enmarca dentro del programa nacional de control de las plagas del topillo de campo y para autorizarla, es requisito imprescindible que los ayuntamientos lo soliciten.