TARDAJOS: Y a día de hoy, no me arrepiento porque esa fue una...

Y a día de hoy, no me arrepiento porque esa fue una buena lección para mis hijos. Les enseñé la importancia de ser uno mismo, de no dejarse llevar por el rebaño, de mantener sus propias convicciones, sin miedo a las represalias, defender sus derechos, aunque a uno o a una le aparten de ciertos sitios o le pongan mil zancadillas.

Porque una cosa es bailar y otra saber ser persona, con la que no se debe jugar.

A día de hoy son hombres responsables e independientes que luchan por su propia vida. Y no importa que muchos y muchas crean lo contrario, lo importante es que se se sepan ellos mismos valorar en su justa medida, con aciertos y errores, como toda persona, y que eso sea lo que les haga aprender cada día.

Aquí, nadie nace sabiendo, sino que tenemos que recorrer un camino día a día. Si fuera llano y sin ningún tropiezo, no se valoraría y si ha sido duro, ellos lo han superado y por tanto se han fortalecido.
¡Si será por bailar!, que una si aquí no puede se va a otro pueblo donde si la admitan y donde no le pregunten ni su procedencia. El único requisito es la real gana de bailar.

¿Por qué iba a obligarles a bailar sólo porque a mi me gustara? En eso del baile hay que tener ganas propias.