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TARDAJOS: Pues nada, al día siguiente, llamé al director del...

Pues nada, al día siguiente, llamé al director del Diario de Burgos, don Vicente Ruiz de Mencía, porque el caso lo merecía, era algo que no podía llegar a comprender, qué daño les hacía yo escribiendo, cuando me había arriesgado a escribir para defendernos contra los lodos, no por ellos, ni ellas, sino porque a mi me causó estupor una actuación así de Burgos para con nosotros, porque era una vecina más y porque no me faltó valor para escribir nunca pues así me parecía que era la manera de defender mejor lo que nos arrebataron.

Y el director me dijo su opinión, y yo hice lo que mejor se acomodó a mi forma de ser. El me decía que podía exponerlo públicamente, tal y como sucedió, o que podía hablar con la gente, como así lo hice. Escogí hablar porque me parecía lo más completo. Lo que no cambió las cosas, lo único es que ya no se atrevieron a arrebatarme más nada. Pero aún así, el resentimiento no se fue como he podido comprobar.

Al saberlo, me preguntó qué qué creía que había pasado, si no sería por el artículo del día anterior, en que hallaron los restos de la Calzada Romana al hacer las obras del regadío de Tardajos. Y yo, le dije, tranquilamente que no lo sabía, pero de lo que si estaba segura era de alguna inquina personal contra mi. Que a algunas les parecía fatal que yo escribiera de ese que consideraban su pueblo. Como si yo, fuera del lugar que fuera, no fuera vecina del municipio. Como si eso les perteneciera a ellas y yo se lo hubiera usurpado.

¿Quien escribió y escribió sin descanso? No sabía que por hacer aquello iba a ser merecedora de un honor así, pero que lo pagué con creces, si. Una fama horrorosa, por guardar silencio. Daba y da lo mismo, que lo mismo da. Si te callas porque te callas, si hablas porque hablas, al final no vas a dar gusto a nadie. Así que lo que tienes que hacer es darte gusto a ti misma. ¿Te gusta escribir, te parece justo lo que haces, la decisión que tomes? Pues adelante con ella. Está super claro que lo que a algunas no les gusta no es lo que haga o deje de hacer, sino yo misma. No les gusto y punto y eso no lo puedes cambiar. Así que ante la duda, eso, tu propia decisión.

Escribir en Tardajos fue tenerse que armar de valor, y escribir. ¿No os gusta que escriba? Pues más voy a hacerlo, por mi y por vosotras, que tenéis que cambiar, y no tenerle miedo a las palabras. Miedo a las palabras y no tener vergüenza de ser tan cobardes, de ir amenazando, así por las buenas, y porque se os pone en las narices a algunas que mandan que otras obedezcan. Pues habéis dado en hueso duro conmigo porque yo nunca voy a hacer vuestra santa voluntad, altezas.
Sino la mía propia. Hasta ahí podríamos llegar.