Gracias a Dios a que vino una buena secretaria, e hizo, lo imposible, según un candidato a concejal que repetía. Y todo, al comprar el pan... si es que este pan es mágico. ¡Qué buenas harinas en la comarca!
Voy y le digo, ¿cuando vamos a tener cuentas como tienen casi todos los ayuntamientos de Burgos y su provincia? y va y me dice, aquí es imposible, no se puede...
¿Imposible, que desde que llegó esta estupenda secretaria si las tenemos? Vamos hombre.
Otro día voy y le digo a nuestra secretaria, ¿y esas obras, no las ven los concejales de la oposición? Y va y me dice, es que es amigo del empresario que lo hace... y encima es del gremio.
Acabáramos de una vez, que cuando no es uno el amigo que manda, lo es el otro del banquillo. La obra en cuestión la hicieron en el colegio, y se trataba de un asfaltado de poca monta que tenía más facturas que el hambre en un día sin pan, y ya teníamos nuevo alcalde.
Y luego el camino del depósito hecho con detritos de las obras y vendidos como el no va más de la ingeniería de muchos listillos que aquí siempre han acampado a sus anchas.
Eso cuando lo tuve a mano y veía pasar las facturas por mi mano que también ordenaba. ¡Qué maltrato has recibido, Tardajos, de tus hijos tardajeños, o de los del pueblo de al lado!
Voy y le digo, ¿cuando vamos a tener cuentas como tienen casi todos los ayuntamientos de Burgos y su provincia? y va y me dice, aquí es imposible, no se puede...
¿Imposible, que desde que llegó esta estupenda secretaria si las tenemos? Vamos hombre.
Otro día voy y le digo a nuestra secretaria, ¿y esas obras, no las ven los concejales de la oposición? Y va y me dice, es que es amigo del empresario que lo hace... y encima es del gremio.
Acabáramos de una vez, que cuando no es uno el amigo que manda, lo es el otro del banquillo. La obra en cuestión la hicieron en el colegio, y se trataba de un asfaltado de poca monta que tenía más facturas que el hambre en un día sin pan, y ya teníamos nuevo alcalde.
Y luego el camino del depósito hecho con detritos de las obras y vendidos como el no va más de la ingeniería de muchos listillos que aquí siempre han acampado a sus anchas.
Eso cuando lo tuve a mano y veía pasar las facturas por mi mano que también ordenaba. ¡Qué maltrato has recibido, Tardajos, de tus hijos tardajeños, o de los del pueblo de al lado!