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TARDAJOS: LA TRANSPARENCIA DEL AYUNTAMIENTO MEDIDA EN UNOS SACOS...

LA TRANSPARENCIA DEL AYUNTAMIENTO MEDIDA EN UNOS SACOS DE PATATAS

Resulta que un día al salir de hacer gimnasia unas mujeres me dijeron que qué pasaba con esos sacos de patatas que olían mal. Pues no me había dado cuenta; como subo y bajo deprisa no he recaído en el olor. Es muy desagradable, me dijeron, a lo mejor están estropeadas y aquí no pintan nada. Anda díselo a la secretaria, por favor.

Salimos y dijimos unas cuantas que podríamos ver cómo estaban y repartirlas entre todas, que seguro que no se habían estropeado. Me lo encargaron a mi, que le preguntara a la secretaria acerca de esos sacos de patatas y así lo hice.

Al día siguiente me llamaron para firmar algo necesario- no todos los papeles que genera un juzgado son necesarios firmarlos por el juez de turno cuando se exponen- Si se mueren o nacen, entonces son de obligado cumplimiento. Si sólo se van a casar por lo civil, el juez lo firmará ante el secretario todo junto pues hay todavía más documentos que es necesario firmar para estos trámites, más que nada para agilizar el proceso y que puedan casarse cuanto antes. Y para las separaciones, si es necesario y eso ya no hay necesidad de exponerlo, y si de firmarlo para que se tenga constancia de ello.

Pues bien, después de firmar el obligado documento, pasé a la oficina y le pregunté que qué iban a hacer con esas patatas, y que lo habíamos hablado algunas mujeres.

Entonces, ella me dijo que no sabía nada. Y entonces le dije que habría que preguntárselo al alcalde, y que como tenía su número de whatsapp así lo iba a hacer. Así lo hice, sólo que como no estaba en mi casa no tenía wifi, pero es un trabajo que se puede hacer con adelanto, les dije, porque en cuanto llegue a mi casa el mensaje sale disparado.

Y ya estaba yo haciendo mis cosas cuando me contestó el alcalde y me dijo que hiciéramos lo que creyésemos conveniente con las patatas porque le dije que algunas mujeres habíamos pensado que a lo mejor se podrían aprovechar y que si no, se las mandaríamos quitar al alguacil de ahí.

Se lo dije a algunas mujeres después de misa y llegó el día de la gimnasia. Insistieron que olían mal y que las tenían que quitar de allí. Que las patatas valen muy poco, les dije yo, pero habrá que ver en qué estado están. Aquello se quedaría en punto muerto, y quise agilizarlo puesto que tenía la autorización del alcalde, y procuraría darles salida de una manera o de otra.

Y sin perder tiempo que me propuse que para el jueves, esas patatas ya no iban a estar ahí, como no lo estuvieron.