¿REMEDIOS PERFECTOS?
No los hay, lo he comprobado recientemente, lo que me hace decir que es peor el remedio que la enfermedad.
Me preocupaba ver en mi patio agujeros producidos por las ratas que venían por el mal alcantarillado de la plaza donde vivo. Me aterraban, y no quería enfrentarme al problema -quizás mi inconsciente si lo sabía- y en vez de eso, procuraba no verlas y salir, porque creía que era imposible de resolver un problema tan repugnante. Como el no hacer nada no forma parte de mi, y en casa estuvimos resueltos a acabar con el problema por el medio que fuera, lo pusimos en manos de las autoridades competentes. Nos recetaron bolsas de trigo envenenadas con un fuerte componente químico y unas tiras de liga para que las ratas se quedasen pegadas, como ya expuse anteriormente.
No los hay, lo he comprobado recientemente, lo que me hace decir que es peor el remedio que la enfermedad.
Me preocupaba ver en mi patio agujeros producidos por las ratas que venían por el mal alcantarillado de la plaza donde vivo. Me aterraban, y no quería enfrentarme al problema -quizás mi inconsciente si lo sabía- y en vez de eso, procuraba no verlas y salir, porque creía que era imposible de resolver un problema tan repugnante. Como el no hacer nada no forma parte de mi, y en casa estuvimos resueltos a acabar con el problema por el medio que fuera, lo pusimos en manos de las autoridades competentes. Nos recetaron bolsas de trigo envenenadas con un fuerte componente químico y unas tiras de liga para que las ratas se quedasen pegadas, como ya expuse anteriormente.
¿REMEDIOS PERFECTOS?
Ellos no le tienen miedo a nada ni a nadie, y si algo les preocupa se lanzan a por él, esta vez, a por una rata envenenada. También ladraban algunas veces por las noches, y no me cabe duda, eran ellas, o incluso, si hay gente que desconocen y merodean por el callejón donde ellos viven, ellos avisan. Así aparecen como culpables, y lo único que hacen los pobres es matarlas, si las oyen, porque las ratas son muy ladinas, se esconden. O ladran para avisar que oyen gente extraña o simples gatos. Lo que pasa es que ellos ya están alerta en cuanto oyen algo porque son buenos cazadores, y muy nobles, sobre todo Sami que es un perdiguero de Burgos, leal, cariñoso, y a la vez astuto. Los dos son muy valientes que se atreven con los perros más grandes que ellos aunque, a veces Sol sufre heridas de grave pronóstico.
A Sol no le dejábamos salir de casa, porque la última vez vino muy herido y me enfadé con mi marido, "no le dejes salir solo, acompáñalo", pero como si oyes llover. Por un tiempo no le dejó salir de casa hasta que se le olvida, o ve la puerta abierta y se va. Sol es así. ¡Y sin embargo me han enseñado tanto, Sol y Sami! Ahora que les quiero demasiado, porque antes no me gustaban los perros, es tarde para Sol.
Ellos no le tienen miedo a nada ni a nadie, y si algo les preocupa se lanzan a por él, esta vez, a por una rata envenenada. También ladraban algunas veces por las noches, y no me cabe duda, eran ellas, o incluso, si hay gente que desconocen y merodean por el callejón donde ellos viven, ellos avisan. Así aparecen como culpables, y lo único que hacen los pobres es matarlas, si las oyen, porque las ratas son muy ladinas, se esconden. O ladran para avisar que oyen gente extraña o simples gatos. Lo que pasa es que ellos ya están alerta en cuanto oyen algo porque son buenos cazadores, y muy nobles, sobre todo Sami que es un perdiguero de Burgos, leal, cariñoso, y a la vez astuto. Los dos son muy valientes que se atreven con los perros más grandes que ellos aunque, a veces Sol sufre heridas de grave pronóstico.
A Sol no le dejábamos salir de casa, porque la última vez vino muy herido y me enfadé con mi marido, "no le dejes salir solo, acompáñalo", pero como si oyes llover. Por un tiempo no le dejó salir de casa hasta que se le olvida, o ve la puerta abierta y se va. Sol es así. ¡Y sin embargo me han enseñado tanto, Sol y Sami! Ahora que les quiero demasiado, porque antes no me gustaban los perros, es tarde para Sol.