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HOMBRES Y TIERRAS DE TARDAJOS POR SEVERIANO PAMPLIEGA
LAS AUTORIDADES DEL PUEBLO
EL TENIENTE DE ALCALDE y demás concejales del Consistorio, ramas del mismo tronco y harina del mismo costal. Hasta el Alguacil era Alguacilado. Si bien pudiera coincidir alguna vez en la misma persona- aunque fueran las menos- dote con dotes, poder con saber, "din" con "don".
EL SECRETARIO.- Por aquel entonces y como excepción de la regla, era DON ESTEBAN. El que más sabía de esto y el que mejor preparado estaba y el más respetado por todos también; más por sus "dotes" que por su "dote". De él recuerdo su oronda persona física, cuyo rasgo principal era su prominente barriga que le valió el simpático apodo de "panza orégano". (El "coram vobis" que decíamos los estudiantes del convento).
De su cargo y funciones recuerdo que era quien autorizaba los "Salvoconductos" especie de recibos o vales para poder viajar no sólo a Burgos Capital, sino también a otras provincias. También expedía -esto no se me olvidará nunca-las famosas e indispensables "Cartillas de Racionamiento". Hoy no me voy a entretener en biografar a cada uno de estos personajes. Los voy a nombrar sencillamente en un esquema o síntesis con un trabajo correspondiente y su profesión. Varios de ellos tendrán, Dios mediante, su Capítulo personal.
LAS FUERZAS DEL ORDEN
Como Tardajos ea ya entonces un pueblo importante, Villa y Arciprestazgo- yo creo que más que hoy día- para ayudar a mantener el orden, paz y tranquilidad, tenía JUEZ DE PAZ propio. A la sazón era DON EMILIANO, más conocido como "El Pasiego". Hombre parco en palabras, muy serio, algo seco en el trato y que daba mucho respeto. Tenía que dar la razón a quien la tuviera, a su juicio, en las disputas, riñas y denuncia de los vecinos. Que si tú lo uno, que si tú lo otro. En una palabra, mantener el orden. Quiero recordar también a JUAN, el de la Rufa, que también lo fue. Y muy bueno. Por eso le llamaban, de modo cariñoso y familiar, por el diminutivo JUANITO. Muy tratable, simpático, siempre risueño y siempre de buen humor; pero muy recto y justo también cuando había que serlo.
Tenía Tardajos además, por su importancia, CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL, Cuerpo titular de las Fuerzas del Orden, cuyo cometido nos es tan notorio como necesario; por lo que así mismo la conocemos como la BENEMÉRITA.
LAS AUTORIDADES DEL PUEBLO
EL TENIENTE DE ALCALDE y demás concejales del Consistorio, ramas del mismo tronco y harina del mismo costal. Hasta el Alguacil era Alguacilado. Si bien pudiera coincidir alguna vez en la misma persona- aunque fueran las menos- dote con dotes, poder con saber, "din" con "don".
EL SECRETARIO.- Por aquel entonces y como excepción de la regla, era DON ESTEBAN. El que más sabía de esto y el que mejor preparado estaba y el más respetado por todos también; más por sus "dotes" que por su "dote". De él recuerdo su oronda persona física, cuyo rasgo principal era su prominente barriga que le valió el simpático apodo de "panza orégano". (El "coram vobis" que decíamos los estudiantes del convento).
De su cargo y funciones recuerdo que era quien autorizaba los "Salvoconductos" especie de recibos o vales para poder viajar no sólo a Burgos Capital, sino también a otras provincias. También expedía -esto no se me olvidará nunca-las famosas e indispensables "Cartillas de Racionamiento". Hoy no me voy a entretener en biografar a cada uno de estos personajes. Los voy a nombrar sencillamente en un esquema o síntesis con un trabajo correspondiente y su profesión. Varios de ellos tendrán, Dios mediante, su Capítulo personal.
LAS FUERZAS DEL ORDEN
Como Tardajos ea ya entonces un pueblo importante, Villa y Arciprestazgo- yo creo que más que hoy día- para ayudar a mantener el orden, paz y tranquilidad, tenía JUEZ DE PAZ propio. A la sazón era DON EMILIANO, más conocido como "El Pasiego". Hombre parco en palabras, muy serio, algo seco en el trato y que daba mucho respeto. Tenía que dar la razón a quien la tuviera, a su juicio, en las disputas, riñas y denuncia de los vecinos. Que si tú lo uno, que si tú lo otro. En una palabra, mantener el orden. Quiero recordar también a JUAN, el de la Rufa, que también lo fue. Y muy bueno. Por eso le llamaban, de modo cariñoso y familiar, por el diminutivo JUANITO. Muy tratable, simpático, siempre risueño y siempre de buen humor; pero muy recto y justo también cuando había que serlo.
Tenía Tardajos además, por su importancia, CUARTEL DE LA GUARDIA CIVIL, Cuerpo titular de las Fuerzas del Orden, cuyo cometido nos es tan notorio como necesario; por lo que así mismo la conocemos como la BENEMÉRITA.