XXIV ENCUENTRO DE ANTIGUOS ALUMNOS DE LOS PAÚLES DE TARDAJOS
Cada año es distinto en todo, siempre lo digo. Y éste no iba a ser menos. Había un programa que cumplir por los asistentes y puedo dar fe que así fue. Un desayuno para los antiguos alumnos dispuesto en las mesas del patio del que fuera su antiguo centro apostólico. Yo no iba a ir pudiendo desayunar en mi casa, cómodamente y a hora temprana. Para las 10, mi desayuno ya está más que digerido. Y muchas cosas que hacer, pero sentía cierta curiosidad, no lo niego.
Salimos Gonzalo y yo hacia el Centro Jardín, sin ponernos de acuerdo, donde iba a tener lugar la misa, a las 11:00, en la antigua Capilla del centro, hoy reformado y que sirve para eso, y para otras actividades culturales, sociales y humanas. Sin embargo se retrasó pues no todos vienen de Tardajos o de Burgos, sino de lugares alejados y no se sabe a ciencia cierta calcular el tiempo que van a invertir en esta pequeña odisea como tampoco saben si tendrán incidencias o no. Ahí me encontré con uno de los alumnos que cumplían las bodas de Oro, (la fecha de entrada en el Seminario Paúl) Juan Carlos Martínez, muy simpático y hablador. Me contó que otro compañero suyo, en cambio no pudo asistir por un pequeño fallo del coche que lo dejó tirado en la carretera, y en vez de celebrar el día del encuentro, tuvo que solucionar ese imprevisto. La vida es así, no la podemos tener controlada, por más empeño que pongamos.
Mientras hablábamos iban sirviéndose más tazas de café, solo o con leche, y pastas de las que había allí para eso dispuestas y de varias clases.
Cada año es distinto en todo, siempre lo digo. Y éste no iba a ser menos. Había un programa que cumplir por los asistentes y puedo dar fe que así fue. Un desayuno para los antiguos alumnos dispuesto en las mesas del patio del que fuera su antiguo centro apostólico. Yo no iba a ir pudiendo desayunar en mi casa, cómodamente y a hora temprana. Para las 10, mi desayuno ya está más que digerido. Y muchas cosas que hacer, pero sentía cierta curiosidad, no lo niego.
Salimos Gonzalo y yo hacia el Centro Jardín, sin ponernos de acuerdo, donde iba a tener lugar la misa, a las 11:00, en la antigua Capilla del centro, hoy reformado y que sirve para eso, y para otras actividades culturales, sociales y humanas. Sin embargo se retrasó pues no todos vienen de Tardajos o de Burgos, sino de lugares alejados y no se sabe a ciencia cierta calcular el tiempo que van a invertir en esta pequeña odisea como tampoco saben si tendrán incidencias o no. Ahí me encontré con uno de los alumnos que cumplían las bodas de Oro, (la fecha de entrada en el Seminario Paúl) Juan Carlos Martínez, muy simpático y hablador. Me contó que otro compañero suyo, en cambio no pudo asistir por un pequeño fallo del coche que lo dejó tirado en la carretera, y en vez de celebrar el día del encuentro, tuvo que solucionar ese imprevisto. La vida es así, no la podemos tener controlada, por más empeño que pongamos.
Mientras hablábamos iban sirviéndose más tazas de café, solo o con leche, y pastas de las que había allí para eso dispuestas y de varias clases.