Saldré del Juzgado con la cabeza bien alta, y habiendo cumplido con todos los pormenores que conlleva este cargo en Tardajos. De una Fundación que estaba en vía muerta, a una Fundación con todo al día. Salvando los obstáculos habidos y por haber. Y siempre lo mismo, la juez y los curas, dando la talla, en todo. Y todos y cada uno de los curas, que se sepa. Aunque no fueran muy bien tratados, más bien al contrario. Pero así es la vida, el que más hace, peor pago recibe en algunos lares. Así que si así les han tratado a ellos, de qué me podía yo quejar. De vicio, sería quejarse de vicio. Y más cuando yo ya he recibo mi recompensa en mi y en mis hijos. El ejemplo de cómo he acometido todo lo que he tenido que acometer ha dado sus frutos en ejemplaridad entre los míos. Y los demás, que piensen y crean lo que quieran. Porque mi conciencia está muy tranquila y serena. Eso, al ser humano, aporta mucho bien.