Esto de mi mandato parece ya más largo que un día sin pan. ¿Os podréis creer que hasta el jueves no dejo de ser la juez de paz titular de Tardajos?
Pues creerlo, porque es cierto. Hoy me fui tan contenta a firmar mi relevo, y resulta que sigo porque para ser juez de paz en la provincia, primero hay que jurar o prometer en Burgos. Muy largo ya me está resultando esto. Me resarciré de ello el viernes, celebrándolo por todo lo alto con mi clase de zumba en las Quintanillas.
¡Qué risas! Esto de la justicia parece un juego. Somos un juguete en manos de los políticos de turno. Una realidad como un templo.
Gracias a querer adelantar ahora mi salida se ha producido un relevo muy gracioso de veras.
Resulta que yo destituyo a Dolores de su mandato de juez suplente. Nombro a Fernando, sustituto, él me destituye a mí de juez de paz, y nombra a Dolores. Menudo galimatías por adelantar mi salida y poner a la sustituta en mi puesto. Y todo eso, lo contemplan las leyes judiciales.
Y más casualidades. Resulta que fui consejera escolar y vino Fernando a mi casa a por mi puesto. Y ahora también se le ha antojado pero se lo han dado a quien era merecedor de él. Ya le he dicho, que haga méritos y que algún día lo conseguirá. Él dice que es muy guerrero, pues hijo hasta que me ganes a mi, igual tienes que nacer tres veces seguidas.
Pues creerlo, porque es cierto. Hoy me fui tan contenta a firmar mi relevo, y resulta que sigo porque para ser juez de paz en la provincia, primero hay que jurar o prometer en Burgos. Muy largo ya me está resultando esto. Me resarciré de ello el viernes, celebrándolo por todo lo alto con mi clase de zumba en las Quintanillas.
¡Qué risas! Esto de la justicia parece un juego. Somos un juguete en manos de los políticos de turno. Una realidad como un templo.
Gracias a querer adelantar ahora mi salida se ha producido un relevo muy gracioso de veras.
Resulta que yo destituyo a Dolores de su mandato de juez suplente. Nombro a Fernando, sustituto, él me destituye a mí de juez de paz, y nombra a Dolores. Menudo galimatías por adelantar mi salida y poner a la sustituta en mi puesto. Y todo eso, lo contemplan las leyes judiciales.
Y más casualidades. Resulta que fui consejera escolar y vino Fernando a mi casa a por mi puesto. Y ahora también se le ha antojado pero se lo han dado a quien era merecedor de él. Ya le he dicho, que haga méritos y que algún día lo conseguirá. Él dice que es muy guerrero, pues hijo hasta que me ganes a mi, igual tienes que nacer tres veces seguidas.