Este es el perfume barato que me regaló cuando nada sabía de sus intenciones. Bien envuelto en papel de regalo, y anunciado en plena calle, "tienes un obsequio mío en el ayuntamiento", por navidad del año pasado. Por educación lo acepté, pero cuando supe que se presentaba por C's al ayuntamiento, y supe que a cada cual regalaba lo que podían apreciar más, me dio náuseas el perfume. Comprar votos, comprando voluntades. Lo que nunca había visto aquí, tan a las claras. Y luego, el día que me dijo que por qué no le anunciaba en Diario de Burgos, y le tuve que decir que yo nunca había hecho propaganda electoral para nadie ni tampoco me lo habían permitido. ¿Y en el foro? Menos, porque si una se vende, que sea por algo que merezca la pena, pero gratis...
Luego es que soy la oca en bicicleta, me da la colonia y le regalo un tarro de cabello de ángel; él, a tal tiempo ya se lo habrá comido, yo todavía lo conservo, para que no se me olvide cómo son algunos. El caso es que uno de mis primeros impulsos cuando me vi traicionada después de haberme portado tan bien con él, fue deshacerme de esta colonia. Lo que pasa es que mi abuela me decía que no había que tirar nada en esta vida, que algún provecho útil se le podría sacar. Y mira, una bonita foto. Colonia con mando a distancia, pero entre medias un buen cuaderno, un superbloc, de los que mi marido me suele regalar. Y el pato, me lo encontré en Galicia. Es un signo familiar. No es bueno desperdiciar nada en esta vida.