LA VISITA AL POLIDEPORTIVO
Aquí bien se ve hacia dónde nos dirigíamos, a visitar el polideportivo por el camino habilitado para ello. Menudas historias para no dormir en el poli, con el poliesplán volando por cada rincón tardajeño. ¡Será por historias! Yo aquel día estuve en Burgos, llegué tarde y todavía llegué a tiempo de ver el desaguisado, y a tiempo de corregir a la prensa oficial que lo achacaba a un huracancillo. Lo que les contaron, claro. Bastaba ver cómo había actuado el viento con los demás tejados, para saber que si bien hubo viento, no hubo desperfectos tan notorios como éste. Testigo fiel fue aquella rosa que ni se inmutó, el tejadillo de mi invernadero irrisorio que también salió ileso. En fin, que hay que preocuparse para que a uno o a una no le den gato por liebre.
Aquí bien se ve hacia dónde nos dirigíamos, a visitar el polideportivo por el camino habilitado para ello. Menudas historias para no dormir en el poli, con el poliesplán volando por cada rincón tardajeño. ¡Será por historias! Yo aquel día estuve en Burgos, llegué tarde y todavía llegué a tiempo de ver el desaguisado, y a tiempo de corregir a la prensa oficial que lo achacaba a un huracancillo. Lo que les contaron, claro. Bastaba ver cómo había actuado el viento con los demás tejados, para saber que si bien hubo viento, no hubo desperfectos tan notorios como éste. Testigo fiel fue aquella rosa que ni se inmutó, el tejadillo de mi invernadero irrisorio que también salió ileso. En fin, que hay que preocuparse para que a uno o a una no le den gato por liebre.