BIBLIOTECA MUNICIPAL
Cuando hablamos de chamizo no pedimos que se guarden ningún tipo de reglas y se consiente, de deja estar que nada hay que pagar al respecto.
Cuando un acto educativo se formula se mira con lupa a ver por donde le puedo hincar el diente. Y lo sabroso que puede llegar a ser. Se intenta impedir, si te dan por escrito que no pueden enseñar en el colegio... balones fuera y que sean otros quienes decidan, que nosotros estamos para lo que se está viendo.
Sin embargo hubo un intento de hacer una biblioteca y con la iglesia hemos topado (un ejemplo). Se empezó a decir que era imposible porque los niños debían entrar por el portal de los vecinos de una comunidad ¡a leer!, y eso les podría incomodar mucho a los vecinos. Muchos vecinos tendrían a sus hijos recogidos en su propio edificio, leyendo, y eso ¿les iba a molestar? ¿No sería la molestia para los munícipes con sus administradores al frente, que tendrían que dedicar dinero en acondicionar el edificio, invertir en mesas y sillas, en estanterías (donde colocar cantidad de libros muertos de risa en el archivo municipal), y además buscar un bibliotecario al que pagar?
Yo más bien me inclino por lo segundo.
Es cierto que aquí, cuando se hicieron esos pisos lo último que se pretendía con ellos era que se leyera. La escritura molesta y mucho. Mientras se haga y no se sepa, todo va bien; en cuanto alguien empiece a hurgar donde no debe, ya se puede ir ateniéndose a las consecuencias.
Hasta que no puse los pies y las manos dentro del Archivo Municipal no me llegué a percatar de lo que aquí estuvo pasando tiempo y tiempo. Vi un secretario denostado por hacer bien su trabajo, perfectamente ordenado. Luego me encargaron en ordenar el desastre de otro, pero cometí el fallo de hablar más de la cuanta. A la sazón es que me he pasado de rosca ya. Ves a personas que haciendo bien las cosas se les difaman, se les dicen abiertamente el daño que hacen, véase el padre Herrera por querer sacar a relucir a los celtas del Castro y todas las tropas romanas asentadas en las laderas... ¡Cómo se le denostó el único libro que escribió! Como para hacer una segunda edición - que ahora vendería como rosquillas- u otro libro sobre las desamortizaciones que dejaría sus apuntes en un cajón del tiempo.
Y personas cabales que han intentado hacer el bien, como un director del colegio y le burlaron en su misma revista. Curas que querían racionalizar las misas y... para qué seguir.
Cuando hablamos de chamizo no pedimos que se guarden ningún tipo de reglas y se consiente, de deja estar que nada hay que pagar al respecto.
Cuando un acto educativo se formula se mira con lupa a ver por donde le puedo hincar el diente. Y lo sabroso que puede llegar a ser. Se intenta impedir, si te dan por escrito que no pueden enseñar en el colegio... balones fuera y que sean otros quienes decidan, que nosotros estamos para lo que se está viendo.
Sin embargo hubo un intento de hacer una biblioteca y con la iglesia hemos topado (un ejemplo). Se empezó a decir que era imposible porque los niños debían entrar por el portal de los vecinos de una comunidad ¡a leer!, y eso les podría incomodar mucho a los vecinos. Muchos vecinos tendrían a sus hijos recogidos en su propio edificio, leyendo, y eso ¿les iba a molestar? ¿No sería la molestia para los munícipes con sus administradores al frente, que tendrían que dedicar dinero en acondicionar el edificio, invertir en mesas y sillas, en estanterías (donde colocar cantidad de libros muertos de risa en el archivo municipal), y además buscar un bibliotecario al que pagar?
Yo más bien me inclino por lo segundo.
Es cierto que aquí, cuando se hicieron esos pisos lo último que se pretendía con ellos era que se leyera. La escritura molesta y mucho. Mientras se haga y no se sepa, todo va bien; en cuanto alguien empiece a hurgar donde no debe, ya se puede ir ateniéndose a las consecuencias.
Hasta que no puse los pies y las manos dentro del Archivo Municipal no me llegué a percatar de lo que aquí estuvo pasando tiempo y tiempo. Vi un secretario denostado por hacer bien su trabajo, perfectamente ordenado. Luego me encargaron en ordenar el desastre de otro, pero cometí el fallo de hablar más de la cuanta. A la sazón es que me he pasado de rosca ya. Ves a personas que haciendo bien las cosas se les difaman, se les dicen abiertamente el daño que hacen, véase el padre Herrera por querer sacar a relucir a los celtas del Castro y todas las tropas romanas asentadas en las laderas... ¡Cómo se le denostó el único libro que escribió! Como para hacer una segunda edición - que ahora vendería como rosquillas- u otro libro sobre las desamortizaciones que dejaría sus apuntes en un cajón del tiempo.
Y personas cabales que han intentado hacer el bien, como un director del colegio y le burlaron en su misma revista. Curas que querían racionalizar las misas y... para qué seguir.