Se decía que quien sembraba un nogal no probaba las nueces, que eran para los hijos... Pues aquí eso hay que actualizarlo. Los nogales, ¡cuántos habrán perecido sin pena ni gloria! si se plantan se recogen sus frutos en vida, sin esperar a la generación siguiente. Al menos es nuestra experiencia, de este nogalito de Ablanque trasplantado y que vive en Tardajos.
Lo de plantar nogales era algo que le gustó hacer siempre a mi suegro, regó muchas tierras de nogales, y a día de hoy sólo queda el nogal del que disfrutamos en Rabé de las Calzadas. Se ve que no sembraba en sus tierras, y que nadie los apreció jamás.
Sin embargo, nosotros, al venir aquí, hemos cumplido su sueño. Se sentiría muy orgulloso de su hijo Jesús que lo ha hecho posible, aquí y en Rabé. Ya se sabe que a veces se pone un árbol y luego llega la concentración parcelaria... y el árbol se queda y no es tuyo. No es nuestro pero es de nuestra hermana, y nos sentimos muy satisfechos con que así sea, que lo siga cuidando y que nos deleite cada año con nueces, que a nosotros no nos faltan nunca. Ni aquí ni en mi pueblo. Y encima tenemos la suerte que hayan fructificado casi todos los árboles que hemos cultivado. Otros, han venido ellos solos.
El problema de mi suegro es que no plantaba en sus fincas porque eran de todos y todas, mientras fue joven. Y otro problema era que no se vallaban las fincas, y te los comían las ovejas, o te los arrancaban porque si, sin un motivo. ¿Sería la envidia? Hacer mal porque sí... Como en la foto que ha aparecido antes, la placa de la fuente de la Pinta... ¡Dios que raza!
Lo de plantar nogales era algo que le gustó hacer siempre a mi suegro, regó muchas tierras de nogales, y a día de hoy sólo queda el nogal del que disfrutamos en Rabé de las Calzadas. Se ve que no sembraba en sus tierras, y que nadie los apreció jamás.
Sin embargo, nosotros, al venir aquí, hemos cumplido su sueño. Se sentiría muy orgulloso de su hijo Jesús que lo ha hecho posible, aquí y en Rabé. Ya se sabe que a veces se pone un árbol y luego llega la concentración parcelaria... y el árbol se queda y no es tuyo. No es nuestro pero es de nuestra hermana, y nos sentimos muy satisfechos con que así sea, que lo siga cuidando y que nos deleite cada año con nueces, que a nosotros no nos faltan nunca. Ni aquí ni en mi pueblo. Y encima tenemos la suerte que hayan fructificado casi todos los árboles que hemos cultivado. Otros, han venido ellos solos.
El problema de mi suegro es que no plantaba en sus fincas porque eran de todos y todas, mientras fue joven. Y otro problema era que no se vallaban las fincas, y te los comían las ovejas, o te los arrancaban porque si, sin un motivo. ¿Sería la envidia? Hacer mal porque sí... Como en la foto que ha aparecido antes, la placa de la fuente de la Pinta... ¡Dios que raza!