¿Pero cómo es posible este mundo de casualidades, de conexiones intergalácticas? El mundo es un pañuelo porque con tantas fotos que se les haya ocurrido ponerme la melisa, una melisa que no come pan, sólo luz solar, agua y nutrientes disueltos en la tierra. Pues sí, resulta que me he subido a mi ático a por la manzanilla, ya seca y a por melisa, que tenía un tarro muerto de risa, ya subiré, ya subiré, le decía yo a mi tarro. Y nada, hasta hoy no lo he rellenado de melisa. Relajante y con un buen sabor. ¿Cómo no voy a tener sueños de oro con tan buenas acompañantes. Eso sin contar con la tila...