TARDAJOS: Llegué un pelín tarde, pero no os asustéis, solo tres...

Llegué un pelín tarde, pero no os asustéis, solo tres minutos. Y pensé, ¡qué alivio! por una vez no me los encuentro sentados esperándome. Hoy la que voy a esperar soy yo. Y charla que te charla con Gonzalo, más de media hora, y él daba por hecho que yo lo sabía. ¡Qué va!, le dije, si no me ha dicho que no iba a venir. Pues a mi, me dijo Gonzalo (nuestro párroco), me ha dado la explicación completa, a modo de confesión. Pues yo no te iba a decir nada, pero así las cosas, oirás mi versión. Esperaba una bronca y aún así, he venido bien pronto. Ya veo cómo hay gente que se esconde tras las faldas de los curas y de las mujeres. Bien a la vista está. Pues, hijos e hijas, seguir dándole toda la protección debida que ya me encargo yo en levantar las faldas y que se vea a quien así se esconde.
Pues nada, Gonzalo, que como ya hemos perdido mucho tiempo, acabemos de una vez por todas. ¡Qué lástima que no hubo un brindis de champán! Yo ya he vuelto a innovar, y ya se estila en mi casa el sorbete de frambuesas.