De todas formas, eso sucede en casi todo en que hay una apatía general, por lo que he podido comprobar en casi todos los actos públicos, salvo raras excepciones de lleno total, que también se da. Eso, no debe restar la alegría participativa, que por otra parte se puede hacer contagiosa si quien va sale contento. Muy contentos podéis estar porque entre todos lo habéis hecho posible.