Nos podemos sentir satisfechos porque no nos visitan las compañías de teatro con asiduidad y cuando lo hacen no nos defraudan. Es lo normal que el público aplauda si le gusta la representación, aunque visto lo visto, se nota que cuando eso no ocurre es que falta profesionalidad. Siempre hubo público asistente a las buenas funciones. También de eso he sido testigo, y el día que se representó, lo reflejé en la prensa. Y perdoné en su día fallos que si he tenido que explicar más tarde, ha sido por unas causas concretas. No es normal que hagas las cosas bien y aún así recibas lo que no mereces. Y con el castellano que tenemos desde luego no es para callarse. Porque luego quizás hubiera que hablar en tonos más altos, y es mejor hacerlo a su debido tiempo. La palabra siempre es la mejor consejera, que expones, y no gusta, se siente. Pero no se va almacenando y luego se estalla a la mínima de cambio.