CRÓNICA DIURNA Y PERSONAL
Soy consciente de la gran programación cultural de Burgos, y hasta mi cámara fue testigo en confirmarme mi afirmación, tanto en el mundo natural y cultural de Burgos. Cuanto más se conoce, mas te cautiva, y nunca lo suficiente, porque abarcar todo el conjunto es francamente difícil con tantas rutas en cada monumento natural burgalés sin ir a otros enclaves de Castilla y León.
Así estaba yo ayer cayendo en la cuenta de que el mago del olvido me había retado de nuevo. "Hija mía, y tu con la batería de tu cámara sin recargar después de la visita al gran Salto del Nervión en toda su plenitud, y sin saber qué magnificencia te iba a recibir cuando nos decían por el camino, "si apenas ha llovido ni nevado este año". Y Bien nevada que estaba la ruta. Como para fiarte de lo que se te dice a dos pasos de donde quieres ir. Luego, Frías y al pueblo de cuento de Tobera. Sin remedio para la vida perturbada que lleva mi cámara de fotos.
Cierto, lo reconocí, y me dispuse a afrontar ese reto. Algo se me ocurrirá, por ejemplo, atender más a la charla, concentrar mis fuerzas en lo posible con unos recursos que podrían haber sido ilimitados y no lo son ya que ha fallado la tecnología, la pequeña tecnología a mi disposición en algo tan fácil como puede ser recargar una batería.
Soy consciente de la gran programación cultural de Burgos, y hasta mi cámara fue testigo en confirmarme mi afirmación, tanto en el mundo natural y cultural de Burgos. Cuanto más se conoce, mas te cautiva, y nunca lo suficiente, porque abarcar todo el conjunto es francamente difícil con tantas rutas en cada monumento natural burgalés sin ir a otros enclaves de Castilla y León.
Así estaba yo ayer cayendo en la cuenta de que el mago del olvido me había retado de nuevo. "Hija mía, y tu con la batería de tu cámara sin recargar después de la visita al gran Salto del Nervión en toda su plenitud, y sin saber qué magnificencia te iba a recibir cuando nos decían por el camino, "si apenas ha llovido ni nevado este año". Y Bien nevada que estaba la ruta. Como para fiarte de lo que se te dice a dos pasos de donde quieres ir. Luego, Frías y al pueblo de cuento de Tobera. Sin remedio para la vida perturbada que lleva mi cámara de fotos.
Cierto, lo reconocí, y me dispuse a afrontar ese reto. Algo se me ocurrirá, por ejemplo, atender más a la charla, concentrar mis fuerzas en lo posible con unos recursos que podrían haber sido ilimitados y no lo son ya que ha fallado la tecnología, la pequeña tecnología a mi disposición en algo tan fácil como puede ser recargar una batería.