Ayer sólo llevé mi block verde y porque es más pequeño, de tamaño cuartilla, que lo mejor es el block de tamaño folio. Y tengo cuadernos hasta que me muera de los muchos que les hemos comprado a nuestros hijos. Cantidad de ellos en blanco, que usaron algo y luego pasaron a otros nuevo. No sabía qué había, si habría ocasión de entrar, tan siquiera. Que a veces es lo mejor. Y no es la primera vez que quise asistir a una reunión como ésta. Fue hace la tira de años ya... os lo contaré. A ver qué pasa con este mensaje antes.
Pues nada, que yo fui muy valiosa en el pasado hasta que dejé de serlo. Y resulta que un día, como otras ahora, iba acompañando a la titular a Rabé de las Calzadas, y allí el alcalde de Rabé, José Pampliega me invitó, si quería a asistir a una reunión de ADECO-CAMINO, similar a la que se produjo ayer. Y acepté porque encima iba a ser multifuncional. Informaría a Tardajos, a Rabé, y todavía se me ocurrió que podía dar mas de sí en mi cometido. Se lo dije al redactor mío del diario, y me dijo que sí, también. ¡Cuántas cosas aquel día iba a hacer, foto, texto para el diario, e informaciones para dos pueblos, y por nada más que mucha ilusión tratándose de pueblos, que me encantan. Preferí ir acompañada porque no sabía qué me iba a encontrar en Castrojeriz, y a mi marido le pareció perfecto, que también le gustan los pueblos como a mí. Tan campantes que fuimos los dos.
Ni un alma había, ¡qué raro nos pareció! Tratándose de una reunión, nada, no había nadie. Nos fuimos a un bar, de los muchos que hay, pero antes nos dimos un paseo por el pueblo, y la verdad, precioso, con muchos edificios antiguos y restaurados. Cuando entramos, preguntamos por la reunión, y entonces nos dijeron que la habían suspendido porque se había muerto el padre del alcalde o alcaldesa. Y resulta que el emisario no me avisó. Charlamos un rato, les dimos el pésame, y nos fuimos a seguir viendo el pueblo, y el lugar de la reunión, un edificio de mucha solera y muy bien acondicionado. Luego a seguir nuestro camino de vuelta, a comprar unos quesos buenísimos que sabemos que existen, y a día de hoy, puedo decir, muchas gracias por tenerme en cuenta, por pensar que una insignificancia como yo no merecía ni un aviso siquiera después de tener tan buena voluntad. Pero mira, los años pasan y sigo existiendo porque tengo palabras que escribir a cientos y a miles. No pensé que la ocasión la iban a pintar calva como ahora para devolver esa ingratitud del pasado. Y como da la casualidad que los pueblos me interesan pues ahora examino en casa todo lo que se ha hecho en los pueblos desde hace tantos años, si éstos lo han pedido.
Ni un alma había, ¡qué raro nos pareció! Tratándose de una reunión, nada, no había nadie. Nos fuimos a un bar, de los muchos que hay, pero antes nos dimos un paseo por el pueblo, y la verdad, precioso, con muchos edificios antiguos y restaurados. Cuando entramos, preguntamos por la reunión, y entonces nos dijeron que la habían suspendido porque se había muerto el padre del alcalde o alcaldesa. Y resulta que el emisario no me avisó. Charlamos un rato, les dimos el pésame, y nos fuimos a seguir viendo el pueblo, y el lugar de la reunión, un edificio de mucha solera y muy bien acondicionado. Luego a seguir nuestro camino de vuelta, a comprar unos quesos buenísimos que sabemos que existen, y a día de hoy, puedo decir, muchas gracias por tenerme en cuenta, por pensar que una insignificancia como yo no merecía ni un aviso siquiera después de tener tan buena voluntad. Pero mira, los años pasan y sigo existiendo porque tengo palabras que escribir a cientos y a miles. No pensé que la ocasión la iban a pintar calva como ahora para devolver esa ingratitud del pasado. Y como da la casualidad que los pueblos me interesan pues ahora examino en casa todo lo que se ha hecho en los pueblos desde hace tantos años, si éstos lo han pedido.