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TARDAJOS: ¡Qué preciosas ilustraciones tiene mi viejo calendario!...

¡Qué preciosas ilustraciones tiene mi viejo calendario! primorosamente dibujado y pintado por Laura Esteban y sus magníficas musas. No me canso de recrearme en él para resarcirse de los malos tragos con que la vida me regala algunas veces. ¡Tiene delito que una rata se cruce en mi camino, cuando sabe que la voy a denunciar a los cuatro vientos! ¡Ay1, sí, hablando de cuatro vientos... Este año me hice una foto en la Rosa de los Vientos de la Coruña en plena libertad, que parezco una pulga muy graciosa levantando los brazos al cielo. Todavía era abril, y se celebraba el día de la Comunidad de Castilla y León de los Comuneros, nada conocida en el ámbito nacional. Ni un alma lo supo en el telediario nacional con tanto bombo y platillo que se da por el día de la Rosa en San Jordi, o en Madrid con el Cervantes... Tanto como debo yo a la magnífica labor de la Diputación provincial de Burgos que pone los libros a mi disposición en un esmerado servicio de bibliobús. Yo se lo agradezco de veras porque gracias a ellos me permito el lujo de expresarme en verso y en prosa. En alabanzas, en críticas y en protestas.

Ya lo veis, al Reverte que no se cansa de poner patas arriba todo lo que le disgusta, no deja títere con cabeza, y sin embargo le entregaron una prestigiosa medalla de plata en reconocimiento. ¿Iba él a hacer un paripé de tres pares? Pues no, en plata pura les dijo lo que pensaba que para eso está nuestra lengua por excelencia y castellana. Y sin embargo hay malas lenguas que dicen que si hablaba así era porque no le concedían la de oro. Que se la den, que ya veréis como sigue en sus trece, y si no al tiempo.

¿Y qué libros son los más vendidos en Cataluña? por muchas trabas que pongan al lenguaje castellano, pues los escritos en castellano, precisamente. Una rosa catalana si que venderán y un libro plenamente español, mucho que les pese a algunos. Que tampoco es un signo de nada, pues además de comprarlo hay que leerlo y eso no es moco de pavo. ¡De cuántos libros no se presumirá y serán nada más que un mero adorno!