Aquí tenéis la historia de la vieja báscula. Así sucedió, así aconsejé, así algunos que iban de invitados, nada dijeron sobre aquello. Ni si les parecía bien o mal. A mi que estos agricultores no supieran, no me extraña nada porque habían vivido este ambiente desde siempre. Sin embargo, uno que iba de señorito, listo y culto si vio que podía sacar en limpio. Y es lo que ha hecho. Porque yo tampoco me he criado aquí, pero si he vivido muchos ambientes, y eso te da mucha perspectiva, no siendo ni teniendo una educación tan completa como otros que todo se lo dieron en la vida. Poco habré aprendido pero a pulso me lo he ganado, y no para aprovecharme de la buena fe de los demás, si no para abrirles los ojos. Hay oficios que el aprovecharse de los demás ha sido la tónica, sobre todo en la banca y sin señalar la nadie. ¿A cuánta gente humilde y sencilla no habrán sacado los cuartos los banqueros? Hasta dejarnos un país en bancarrota y venir a por más, a por lo que queda. Sin embargo, la gente que decimos la verdad tenemos mala prensa, a la corta, que luego a la larga, la cabeza la podemos llevar bien alta. Los que tanto halagaban y regalaban, algo querían como se ha demostrado que ahora se lo podrán cobrar con creces. Así es la vida, perder para aprender que nos pueda servir de lección tanto cuento embuste y engaño.