Ya están las fotos actualizadas del Puente del Arzobispo. Es lo primero, y ahora toca esperar a que se publiquen. Dado este paso, pasaré a contar la historia callada de un puente que si nadie lo remedia se lo llevarán piedra a piedra ante la indiferencia de nuestras autoridades. Me dijeron en el diario de Burgos que era un buen tema, y querían hablar con el alcalde, con otros concejales, y que yo no me preocupara que iba a quedar al margen del asunto para no comprometerme. Pero bueno, es que una no es nueva, no ha nacido ayer, ya me he mojado de lo lindo por Tardajos en sus dos ríos, en el Urbel y en el Arlanzón, y me parece que a estas alturas en que lo que compromete no interesa ya huelga. Algunos podrán dejar que el puente de su pueblo que se lo lleven sin hacer nada para remediarlo pero flaco favor haría yo si para no buscarme problemas lo dejara todo en manos de quien no busca una solución al problema. No son las fotos, no son los textos, no son los contenidos, es el puente que necesita que alguien tome cartas en el asunto.
¿No araron los cardos? pues esto urge una solución rápida también. Que no me comprometa y justo fue ahí donde me troncé el tobillo que a Dios gracias se va curando. Que dos meses no son nada. Y la verdad es que me podría haber pasado también en casa como a mucha gente que he conocido estos días. Gente que va sólo a sus asuntos y también les ocurren accidentes. Que si por colgar un cuadro, que si por limpiar un escaparate, que si pisar mal bajando tres escaleras... Y ayer fui a que me quitaran la mitad de los puntos y me encontré con una enfermera majísima y le pregúnté por la última accidentada. Ya me dijo que había dos más en la misma habitación. Los accidentes no cesan. Cuando vas al hospital siempre ves casos mucho más graves que los tuyos, por lo que es necesario dar gracias. Y todo lo que llevo recorrido hasta la fecha. Ahora toca tener paciencia y poder escribir más desde casa.
¿No araron los cardos? pues esto urge una solución rápida también. Que no me comprometa y justo fue ahí donde me troncé el tobillo que a Dios gracias se va curando. Que dos meses no son nada. Y la verdad es que me podría haber pasado también en casa como a mucha gente que he conocido estos días. Gente que va sólo a sus asuntos y también les ocurren accidentes. Que si por colgar un cuadro, que si por limpiar un escaparate, que si pisar mal bajando tres escaleras... Y ayer fui a que me quitaran la mitad de los puntos y me encontré con una enfermera majísima y le pregúnté por la última accidentada. Ya me dijo que había dos más en la misma habitación. Los accidentes no cesan. Cuando vas al hospital siempre ves casos mucho más graves que los tuyos, por lo que es necesario dar gracias. Y todo lo que llevo recorrido hasta la fecha. Ahora toca tener paciencia y poder escribir más desde casa.