Estas flores fueron el motivo por el cual me topé con el puente del Arzobispo y su desaguisado. Porque desde la carretera el día anterior me pareció verlas, sin embargo debí darme cuenta que no era posible ya que crecen muy pocas, sin llegar a la docena. Y ahí había muchas, que pude comprobar que eran margaritas. Decidí ir con la bici y para ello fui por la carretera, por el puente del lado derecho en dirección a Burgos, y también lo vi bien desolado, lleno de cardos. Si que pensé lo fácil que sería quitarlos pero no tenía guantes... Pasé al otro lado en busca de un acceso para ir hacia la Caseta de Joselín, y entonces me topé con la piedra del segundo contrafuerte que acababan de empezar a esquilmar. Lo lógico, fotos.