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JUNIO
Relincha el caballo lento de la Historia,
el rey Alfonso XI partió de Burgos e fue por sus jornadas en romería a visitar el cuerpo santo del Apóstol Santiago,
el peregrino busca en todo tiempo el claro secreto del Camino bajo las estrellas verdes, collar de junio,
bajo cielos ardillados de ángeles y sorpresas,
peregrino solo el de Santiago, dijo Dante,
el rey peregrino partió a Burgos,
borbotón de tiempo pretérito en el mariposeo de luces eternas del verano.
María Jesús jabato Saro
Ese era el texto, y la ilustración de Laura Esteban nos muestra el Hospital del Rey en Burgos con el bullicio de los peregrinos en junio que todo lo alborotan y lo animan, en medio de las flores, los árboles, los pájaros y la monumentalidad de Burgos y sus piedras sagradas del recinto universitario. Nubes en el cielo, cortinas en los hostales y música andariega.
No había motivo para tener miedo al futuro si una había hecho lo que buenamente había podido hacer en un tiempo que mi ayuda fue esencial, en un tiempo en que di lo mejor de mi y cuyo futuro tenía ya hipotecado por no haber estudiado lo suficiente o haber escrito de más. Lo uno tenía que compensar lo otro aunque decidiera alguien por mi poniéndome una cara de luna amiga. Pero hija de Dios, ¿cómo no te sacaste una carrera o te buscaste un trabajo más rentable? la respuesta se quedó en el aire.
Y daba lo mismo, un portento de sabiduría hubiera tenido que ser para soportar el tipo con tanta ilustrada suelta y sin trabajo.
Relincha el caballo lento de la Historia,
el rey Alfonso XI partió de Burgos e fue por sus jornadas en romería a visitar el cuerpo santo del Apóstol Santiago,
el peregrino busca en todo tiempo el claro secreto del Camino bajo las estrellas verdes, collar de junio,
bajo cielos ardillados de ángeles y sorpresas,
peregrino solo el de Santiago, dijo Dante,
el rey peregrino partió a Burgos,
borbotón de tiempo pretérito en el mariposeo de luces eternas del verano.
María Jesús jabato Saro
Ese era el texto, y la ilustración de Laura Esteban nos muestra el Hospital del Rey en Burgos con el bullicio de los peregrinos en junio que todo lo alborotan y lo animan, en medio de las flores, los árboles, los pájaros y la monumentalidad de Burgos y sus piedras sagradas del recinto universitario. Nubes en el cielo, cortinas en los hostales y música andariega.
No había motivo para tener miedo al futuro si una había hecho lo que buenamente había podido hacer en un tiempo que mi ayuda fue esencial, en un tiempo en que di lo mejor de mi y cuyo futuro tenía ya hipotecado por no haber estudiado lo suficiente o haber escrito de más. Lo uno tenía que compensar lo otro aunque decidiera alguien por mi poniéndome una cara de luna amiga. Pero hija de Dios, ¿cómo no te sacaste una carrera o te buscaste un trabajo más rentable? la respuesta se quedó en el aire.
Y daba lo mismo, un portento de sabiduría hubiera tenido que ser para soportar el tipo con tanta ilustrada suelta y sin trabajo.