Así exactamente está el orégano en mi huerto. Es un cultivo al que admiro porque no se deja invadir por malas hierbas, y es muy beneficioso, se usa en la cocina y se puede tomar en infusión con muchas propiedades y para muchas dolencias. Una maravilla de hierba medicinal.
Lo vi ayer mientras cogía, por fin, la manzanilla, que muchas ganas he tenido y ya ayer pude hacerlo cómodamente sentada en una silla, llevando la silla adelantándola, a la par que yo la seguía con las muletas. Todo porque en mi huerto hay pasillos de hormigón, que nunca pensé que serían tan útiles. Sí la cogí en la tierra, pero de pronto la silla peligró al haber debajo una topinera, y como estoy a la que salta rápido la puse donde no la hubiera. Con ayuda, eso sí. Yo sola, imposible.
Lo importante que es tener en la vida un punto de apoyo. Es una cuestión matématica y física de Arquímides, que decía, "dadme un punto de apoyo y moveré el mundo".
Así es en la vida cotidiana de una persona discapacitada donde anclar la silla es fundamental, me refiero a la silla de ruedas, porque de nada nos serviría si no la sabemos usar, la dejamos sin frenar, y al sentarnos, la silla nos tira. Nadie nace enseñada y eso lo he experimentado para después tener mucho más cuidado.
La mía de ayer ya no era una silla de ruedas porque ahí no cabe, pero si una silla normal que coloco donde necesito coger algo. También ya he recogido las primeras frambuesas, limoncillos y grosellas, pero con un taburete, por razón de espacio, que tampoco cabe en el pasillo una silla de terraza.
Mucho voy aprendiendo desde que estoy lesionada, pero mucho, hasta de relaciones humanas. Cada sorpresa me he llevado estos días... que han pasado al conocimiento de una realidad que creía distinta. ¡Y lo bueno que es aprender!
Me doy cuenta de la antipatía que suscito y del aprecio, o de una simple cuestión de urbanidad y humanidad. Todos estamos en el camino, y por tanto podemos tropezar. A veces por imprudencia y otras por cuestión de azar. En mi tierra oí,"estaba de la parte" de que sucediera tal o cual cosa. Ahora te cuentan cómo les sucedió a otros casos similares, que si bailando, que si paseando, bajando un escalón, saltando un charco, un arroyo, simplemente cayéndote de algún sitio... infinidad de circunstancias que cuando menos lo piensas, suceden.
Para mi no es la primera vez que me tronzo. Pero de aquello hace mucho tiempo.
Lo vi ayer mientras cogía, por fin, la manzanilla, que muchas ganas he tenido y ya ayer pude hacerlo cómodamente sentada en una silla, llevando la silla adelantándola, a la par que yo la seguía con las muletas. Todo porque en mi huerto hay pasillos de hormigón, que nunca pensé que serían tan útiles. Sí la cogí en la tierra, pero de pronto la silla peligró al haber debajo una topinera, y como estoy a la que salta rápido la puse donde no la hubiera. Con ayuda, eso sí. Yo sola, imposible.
Lo importante que es tener en la vida un punto de apoyo. Es una cuestión matématica y física de Arquímides, que decía, "dadme un punto de apoyo y moveré el mundo".
Así es en la vida cotidiana de una persona discapacitada donde anclar la silla es fundamental, me refiero a la silla de ruedas, porque de nada nos serviría si no la sabemos usar, la dejamos sin frenar, y al sentarnos, la silla nos tira. Nadie nace enseñada y eso lo he experimentado para después tener mucho más cuidado.
La mía de ayer ya no era una silla de ruedas porque ahí no cabe, pero si una silla normal que coloco donde necesito coger algo. También ya he recogido las primeras frambuesas, limoncillos y grosellas, pero con un taburete, por razón de espacio, que tampoco cabe en el pasillo una silla de terraza.
Mucho voy aprendiendo desde que estoy lesionada, pero mucho, hasta de relaciones humanas. Cada sorpresa me he llevado estos días... que han pasado al conocimiento de una realidad que creía distinta. ¡Y lo bueno que es aprender!
Me doy cuenta de la antipatía que suscito y del aprecio, o de una simple cuestión de urbanidad y humanidad. Todos estamos en el camino, y por tanto podemos tropezar. A veces por imprudencia y otras por cuestión de azar. En mi tierra oí,"estaba de la parte" de que sucediera tal o cual cosa. Ahora te cuentan cómo les sucedió a otros casos similares, que si bailando, que si paseando, bajando un escalón, saltando un charco, un arroyo, simplemente cayéndote de algún sitio... infinidad de circunstancias que cuando menos lo piensas, suceden.
Para mi no es la primera vez que me tronzo. Pero de aquello hace mucho tiempo.