Parece un prodigio pero mi Calamondín sigue vivo y con sus naranjillas. Este lugar es muy bueno para pasar el invierno. Las plantas del incienso, se cuidan, adelgazando sus hojas, que ahora son minúsculas y así podrán vivir un año más. Por contra esta singular raza de naranjo está esplendido. Ha crecido al doble. Deberá ir contando los años de uno en uno, sin la protección que le brindo ya se habría helado. Yo si que les dije a mis hijos, ¿sabéis que clase de clima hay aquí, para que me vengáis con naranjos.? Y dijeron, tu si que puedes. Ya lo veremos, que unos pocos meses no son indicativos. Lo malo son los inviernos.