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TARDAJOS: Y todo por leer y por haber recibo una buena educación...

LA INTRANSIGENCIA, NUESTRO ENEMIGO MORTAL

Parece hasta mentira que por defender la palabra, la verdad y la cultura, tantas veces, me haya llegado a crear tantos enemigos y enemigas aquí. Es así, y lo acepto, pues ha merecido la pena luchar por la libertad, la transparencia, y la verdad. No somos bien recibidos ni menos recompensados los que así actuamos, y soy testigo de excepción de ello, de la misma manera que a base de descubrir y dar a conocer trapos sucios, me he enemistado con todo bicho viviente. No he dejado en Tardajos títere con cabeza. Lo sé, lo reconozco y me alegro de haber actuado siempre así.
Defendiendo la democracia, y fomentándola, desde aquel día en que mi hijo me trajo un tropel de papeletas de las danzas, sin consultar a los socios y no me resigné a pagarlas sin más. Mi suegra ya me lo avisó, pero no la hice caso, y salí como un cohete, como alma que lleva el diablo, sin querer que las pagara ella. "Las pago yo hija..." Pero no había nada que hacer, pues yo si creo que tengo razón lucho y lucho hasta el final.

Así luchamos tres madres y ganamos la partida. Sin embargo, mi hijo desistió de bailar. Así que lucha en vano. No así las hijas de las demás, que luego celebraron su triunfo. Tampoco me llevé mal rato, si mi hijo ya no quería bailar que no bailara que otra cosa haría.

Después ya todo se decide en democracia en el grupo de danzas. Pero a mi me crucificaron bien por ello. Pues sea, que me alegro de haber sido como he sido, y siempre igual.

Y todo por leer y por haber recibo una buena educación en mi instituto del barrio de Entrevías de Madrid. Y de Madrid, en vez de irme al cielo, me vine a Tardajos. Cosas de la vida.