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TARDAJOS: ¡Qué buenas vistas que tengo! Es la verdad, y el don...

¡Qué buenas vistas que tengo! Es la verdad, y el don de la oportunidad, también, en algunas ocasiones.
Corría el 2014 y nadie había puesto en entredicho los contenedores de la plaza. No fallaban los contenedores sino la falta de limpieza. Eso si que es cierto. Pero nadie se quejaba.
Comparando con otros lugares veo que los contenedores se tienen cerca de un Ayuntamiento y no pasa nada. Aquí, en esta legislatura, los contenedores estorbaban a las casas sin habitar porque ha dado la casualidad que propietarios de ellas eran del partido.
¿No se pudo protestar en tiempos en que sí vivía gente, aunque fuera una sola persona? Pues no se hizo, y ahí estuvieron durante años y años. Y cada fiesta de la patata, quizás alguno más a petición de los vecinos.

Voy a poner algunos ejemplos, sin ir más lejos, el pueblo vecino que los tiene en frente del Ayuntamiento, un hermoso ayuntamiento al que no le molestan, y junto a la tapia del Colegio de la Hijas de la Caridad.
Y yo digo, ¿el problema no será las casas deshabitadas y no los contenedores?

A mi ya ni fu ni fa, que a pocos pasos los tengo, que en vez de cuatro doy ocho, y listo. El problema de las ratas no son tampoco los contenedores, que es que esas asquerosas salen de las alcantarillas, y porque el alcantarillado está hecho una verdadera lástima.
No hace tanto, unos vecinos me decían que están más que hartos de ratas (digamos que hablamos de la Calle del Olmo), y yo les dije que es normal con tantas casas deshabitadas, y aún así, les dije que si las detectan que vayan al Ayuntamiento y lo pongan en conocimiento del concejal encargado en ello, Roberto, que les atenderá y llamará al servicio anti-ratas que paga el ayuntamiento. E incluso, los del servicio, les facilitarán venenos puntuales. El caso es no quedarse de brazos cruzados quejándose por esto o por lo otro al cielo, e ir a quien puede solucionar el caso.
No puedo decir que Roberto, por opinar de lo que sea, me discrimine, es más, a pesar de ello, me saluda cordialmente y eso, es todo un logro corriendo los tiempos que corren.
Yo desde luego estoy atenta a los agujeros de mi patio, y ya he detectado uno, que no sé si será producido por un perro, un gato o una rata. Lo vendré observando, y en cuanto esté segura que las malditas inquilinas han vuelto a horadar mi patio desde las alcantarillas, iré a buscar la solución, paliativa, nada más. Porque el problema de fondo que se arrastra desde hace años es el desastroso alcantarillado que padece la villa. Peor que una calle mal pavimentada.
Hay pilares más profundos que las mismas apariencias. Hay efectos producidos por una causa determinada.
Hablando se entiende la gente, y con el uso de la palabra para solucionar problemas igual nos acostumbramos y todo.