30 DE ENERO DE 2017
Valiente parafernalia, menudo discurso que nos soltó su señoría... de impresión si hubiera sido cierto pero no lo fue y lo demostró en breve. Y todo cambió con la primera sesión plenaria buscando castigar hasta al apuntador o apuntadora, ja, ja, ja...
Fui la primera perseguida y por vía de apremio. Quizás es que pensó que me deprimiría o me ahogaría en un mar de lágrimas por tanta pérdida. Porque antes estuvo tanteando la pieza, y yo alerta. Mi máxima, no iba a dejar de ser la misma que vestía y calzaba hasta ese momento. Que mucho había hecho hasta el momento, y no me iba a quedar sin hacer nada, que siempre tuve un recurso en mi mano...
Los derroteros los vi rápido, cuando pasada la primera reunión fui al ayuntamiento a darle los papeles que acordamos en donde éramos de la misma categoría, presidente, vicepresidente y secretaria. Y no, es que me remitió a su casa, "me lo llevas a mi casa". Y yo salí del Ayuntamiento, "Bien "apañao" andas conmigo". Y uno moviendo ficha, y otra viendo clarita la jugada. ¿Ah, sí, conque la prensa rendida a tus pies...? Y yo sin despedirme del foro. Me iba de vacaciones y le dejé buen recado. El recado fue que quizás se me tachara de insolente, pero es que yo no iba a dejar de ser yo misma, como siempre lo había sido. Que una ínsula no era el pago de mi silencio. Que lo de la tarjeta y el móvil no había quedado claro en el articulillo donde posó nuestro alcalde como uno más. Pero que aquella tarde yo vi desde mi ventana que ahí para él significaba mas, mucho más. Pues la tienes clara con la menda.
Y a la vuelta me esperaba la papeleta pero antes ya había recibido vía whatsapp la gran noticia que iba a revolucionar Tardajos, el Nologito, el no va más en transparencia... La tienes clara, pensé. Ah, si...
Y ahí ya vino lo que tenía que venir porque una cosa era que se me castigara por escribir, y otra que una pasara de la escritura. Una cosa era que no se admitiera mi instancia de rectificación del pleno anterior mientras una estaba tan divinamente de vacaciones, y otra que no fuera haber más ocasiones en que se detectaran erratas o tergiversaciones. Es que es la máxima que quien hace un cesto hace ciento.
Y encima es que la apuntadora no salió sola, sino muy bien acompañada.
¿Perdí tanto? Gané muchas horas para deleitarme en la escritura por el simple afán de disfrutar escribiendo. Como siempre fue.
Valiente parafernalia, menudo discurso que nos soltó su señoría... de impresión si hubiera sido cierto pero no lo fue y lo demostró en breve. Y todo cambió con la primera sesión plenaria buscando castigar hasta al apuntador o apuntadora, ja, ja, ja...
Fui la primera perseguida y por vía de apremio. Quizás es que pensó que me deprimiría o me ahogaría en un mar de lágrimas por tanta pérdida. Porque antes estuvo tanteando la pieza, y yo alerta. Mi máxima, no iba a dejar de ser la misma que vestía y calzaba hasta ese momento. Que mucho había hecho hasta el momento, y no me iba a quedar sin hacer nada, que siempre tuve un recurso en mi mano...
Los derroteros los vi rápido, cuando pasada la primera reunión fui al ayuntamiento a darle los papeles que acordamos en donde éramos de la misma categoría, presidente, vicepresidente y secretaria. Y no, es que me remitió a su casa, "me lo llevas a mi casa". Y yo salí del Ayuntamiento, "Bien "apañao" andas conmigo". Y uno moviendo ficha, y otra viendo clarita la jugada. ¿Ah, sí, conque la prensa rendida a tus pies...? Y yo sin despedirme del foro. Me iba de vacaciones y le dejé buen recado. El recado fue que quizás se me tachara de insolente, pero es que yo no iba a dejar de ser yo misma, como siempre lo había sido. Que una ínsula no era el pago de mi silencio. Que lo de la tarjeta y el móvil no había quedado claro en el articulillo donde posó nuestro alcalde como uno más. Pero que aquella tarde yo vi desde mi ventana que ahí para él significaba mas, mucho más. Pues la tienes clara con la menda.
Y a la vuelta me esperaba la papeleta pero antes ya había recibido vía whatsapp la gran noticia que iba a revolucionar Tardajos, el Nologito, el no va más en transparencia... La tienes clara, pensé. Ah, si...
Y ahí ya vino lo que tenía que venir porque una cosa era que se me castigara por escribir, y otra que una pasara de la escritura. Una cosa era que no se admitiera mi instancia de rectificación del pleno anterior mientras una estaba tan divinamente de vacaciones, y otra que no fuera haber más ocasiones en que se detectaran erratas o tergiversaciones. Es que es la máxima que quien hace un cesto hace ciento.
Y encima es que la apuntadora no salió sola, sino muy bien acompañada.
¿Perdí tanto? Gané muchas horas para deleitarme en la escritura por el simple afán de disfrutar escribiendo. Como siempre fue.