De lo que si me alegro es que por fin una haya conseguido dar con el alcalde de sus sueños. Que uno tenía una pega, que otro, dos, que no había alcalde bueno, suficientemente. Pues sí, a lo mejor lo ha encontrado. Y me alegro. Todos y todas tan felices. Lo que es yo, disfrutando como una enana y teniendo mucha tela que cortar.